El gen Undecimo



• Musa eterna
No eres mi musa exclusiva, lo acepto.. Pero aún puedo escribir alguna pequeña historia para tí :El gen Undécimo
Aún siente la brisa proveniente del océano mientras sube el peldaño N° 122 de la larga escalera de cemento gris, por la empinada calleja del cerro Mariposas, atrás quedó la cajetilla arrugada de los luckies sin filtro, mira sin un punto fijo el reto de la empinada subida, a sus 23 años no significan gran esfuerzo, los trazos de cansancio no se ven reflejados en el caminar, los lleva guardados en la frase que sentencia la partida definitiva. “Adiós, no te veré mas” musitó, enjugando una lágrima transparente, el dorso húmedo va inconscientemente hacia su boca pequeña y labios levemente rosados, un mechón de pelo ondulado cae sobre la barbilla, con secreta complicidad junto al gesto y manoteo al levantar la mirada. Se encuentran frente a frente recibiendo cada uno esas miradas húmedas.
No parece una despedida como otras cada tarde, parece un Adiós con trazas de nostalgia, como el veredicto que se escucha entre 4 paredes, razonando sobre otros ruidos , marcando el cambio de colores cuando el atardecer llega al puerto en otoño. Es el adiós.
Los últimos pasos los hace lentamente, la amplia avenida del cerro se abre hacia la plaza cercana, el mirador está vacío, escasos y apresuradas sombras van y vienen, ya el sol cayó hace rato y la mortecina luz de los faroles no alcanzan a diferenciar las sombras de los arbustos, menos de las banquillos de cemento que cada cierta distancia invitan al descanso, siente el frío de la hora tardía, la soledad de la caminata hasta ese cuarto cercano a La Sebastiana, la casa del poeta que hace tiempo le inspiraba, ahora camina solitario.
Es raro, pensó, cada vez que paso por aquí siento lo mismo, como una especie de angustia por el tiempo perdido, por las mentiras piadosas y la continua actuación auto impuesta.
Ella camina en sentido contrario, alejándose, el a punto de llegar al cuartillo conseguido puerta a puerta, las escasas monedas en sus bolsillos no alcanzaron para el ascensor pero servirán para el pan de mañana, o quizás para un par de cigarros sueltos..
Fue definitivo, nunca mas, pensaba en e instante en que en puntillas subía la escalera contando el 7mo escalón que chirriaba, después el largo pasillo de madera hasta la puerta del fondo, en la tercera puerta alcanza a ver la luz de la cerradura, está encendida, debe ser la viejita  Adela en el baño, el lejano sonido de un bolero resuena en la habitación de la argentina cuarentona, “Hoy no fue a la pega”. Piensa tratando de meter la llave del candado de su puerta..
Valparaíso amado, no te dejaré, que importa que ella ya no esté, que se vaya a Florencia, que en Europa pasee sus cabellos rubios, que su mirada se pierda por esas calles antiguas, que disfrute de la vida, que el mundo se rinda a su talento..
“Llegó tarde tú llamado mi amada, llegó tarde, ahora ya tomé ramos, será hasta el próximo semestre, será quizás en otra dimensión, quizás nunca será…
Lo que no olvidaran fue esa última actuación en el teatro casi vacío al lado de la Sebastiana, cuando bailo junto a otras chicas de largos vestidos, aéreos , la canción de Sting, esa que decía algo así como “Ellas bailan solas”, no dejó de mirarle, no pudo olvidarla.. Después esa caminata hacia su casa en el otro cerro, de la mano, riendo de vez en cuando, pero presintiendo que sus caminos se bifurcarían algún día..
Ya apaga la luz y las luces del puerto entran difusas a través de la ventana semi abierta, el humo del cigarro se eleva hacia e cielo formando un espiral que adormece, la mirada fija en el agujero de la 8va tabla de raulí lo concentra en el sueño incumplido. “No pudo ser, no puedo viajar ahora, no estoy listo, mi destino es otro, debo terminar mi carrera, no me atrevo, soy un cobarde..Piensa disperso mientras da la bocanada final..
Treinta años después, recibe el Email que le hizo recordar esa despedida, un reproche velado, un patético recordatorio a su cobardía, a su falta de decisión, a un proceso que aún no termina .
Ahora no sube escalinatas ni ve los barcos del Valparaíso amado, ahora desvelado e insomne trata de llenar páginas en blanco, de recomponer un matrimonio, de entablar un dialogo con el hijo que crece, de juntar dinero para jubilar.. Han pasado mas de 30 años desde esa caminata y el simple mail lo corroe, relee y desecha como esa vez en el rencuentro de los 80”, la pasión de siempre, el amor de siempre una vez mas se escapa.. El sino de los amores imposibles, de los que el destino separó para siempre por los egos, por la inexplicable falta de ese gen undécimo, ese gen inventado para ser la perfecta cadena de lo eterno.
Ella habla de musas, de ser la única musa, de Europa, de su pequeña nieta, de su buen pasar, de juntar dinero y viajar.. Ella aún siente que la historia no terminó, que a través de un Email puede llegar a el.. Y lo hace, al punto que esta historia no concluye con el apagar la luz a las tres de la mañana, ni de los amaneceres grises de este otoño, ni siquiera con el 15 avo cigarrillo encendido que se consume en el cenicero colmado…
El ahora juguetea con las teclas del PC tratando de encontrar el final de la historia, el sigue actuando su papel que el destino le impuso..
Los Vilos, Mayo de 2016

Comentarios

No me canso de leer, fue real..
Y en 2023 es asombroso como aun releo y recuerdo... Ahora somos historia...

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