Haciendo hora

Mientras dejo que los minutos pasen a la espera de la hora de viajar a La Serena, en uno de mis frecuentes viajes en busca de respuestas a mis cada vez mas frecuentes "problemillas" de salud, legales o de negocios, repaso antiguos escritos de este antiguo blog, especie de diario de vida y desahogo clandestino antes de escribír un testamento, encuentro un posteo escrito el 21 de Mayo de 2009 y que por esas casualidades o causas incomprensibles aparece como un pequeño milagro que hace que el efecto de la pastilla que he tomado hace poco para calmar esa permanente ansiedad que llevo desde que decidí hacer un cambio de vida, mas sano, vital y con un gran grado de apatía ante lo cotidiano, haciendo que esta rutina diaria de escribír "algo" el reemplazo de los vicios, de la vida social, del alejamiento de los placeres que ha estas alturas debieran ser mucho mas importantes...Re leo y recuerdo ese momento con claridad, fué en otra época, la noche estaba fría en otoño, la calle húmeda, las sombras de la calle intimidaban mi caminar hacia la cabaña donde habitaba la chica de mis sueños, sueños secretos e imposibles, camino silencioso hasta la esquina pocos metros antes de dirijirme al calor de esa cabaña que sentía mía a momentos, donde la alegria brotaba de cada sencillo rincón, pero tan distante por la realidad.
No recuerdo la callecilla de Quilpué, si recuerdo lo escrito en el viejo cuaderno a mi regreso frustrado...Fué el inicio de mi cobardía permanente, la que hace del arrepentimiento esa lucecilla que brilla desde el fondo de mis pupilas cansadas, pero sinceras.
Solo una persona en este mundo lo entenderá y es solo ella que encontrará las respuestas.
Por esta noche es solo una parte de la historia inconclusa y un motivo de hacer la hora pronta a la partida. La mensajera de los dioses, lo entenderá, quizás también algún lector a la espera de la hora de la partida, durante el viaje soñaré con lo que pudo ser y no fué, con cariño:


09.04.1990.-

Hoy no fuí a tu cumpleaños, no lo lamentarás porque igual eres felíz, la torta no la degusté como tú ni tus invitados, los gritos de alegría no me llegaron, pero no importa, ni quiero que te entristescas, además no me conoces y a tus 10 años no lo comprenderias. Que te puede importar un hombre de ya 35, canoso y barbón??Si tan solo supieses que me liga a tí, sería diferente.

Pero quizás nunca sepas que te amé sin conocerte, que sentí tus latidos en el vientre de tu madre amada, que te ví crecer lejos sin ver tu pequeño rostro, imaginandote, que con el pasar de los años te olvidé en tu estado y te imaginé niño o niña creciendo.. Hoy no apagué una vela de tus diez, pero te recordé, y la alegría infantíl que te rodeó me llegó de otra forma, en la imagen de tu madre, ansiosa y orgullosa.Quizás no asista nunca a tu cumpleaños, quizás nunca me veas o escuches, pero sabrás que alguién existe, que te ama como se aman los niños, que ese cariño invisible nace de un gran sentimiento, algo que tú niña no entenderías ahora, algo que ni yo entiendo, pero que existe. Cuando mires los ojos profundos de tú mami y preguntes que es amor, ella quizás calle y su mirada se pierda, te abrazará y con un beso dirá... No se, cualquier cosa, pero ese instante mágico en que la vista se nubla y el corazón palpita rapido, ese instante fugáz , bastará y no necesitaras una respuesta, porque sentirás que el calor de su cuerpo al protegerte y la suavidad de sus labios al besarte, te responderán sin palabras y sabrás...Hoy no fuí a tu cumpleaños, pero en la distancia mi saludo te llegará, y en mi campo, felíz de alegría y esperanzas una nueva flor brotará. Florencia.-.--


En un drámatico atardecer, de esos que no se olvidan por lo largos , pero que hacen que la reflexión llegue mas temprano que tarde, los protagonistas de esta historia, viven los remordimientos de esa ausencia...

Este texto está en un rincón de este blog, en otro entorno, en otras cirscunstancias, pero es válido en esta noche de espera.
Con cariño, Luis Emilio.


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